Recordé que esa vil semana conocí a un chico increíble. Su nombre es Andrews. Me contó su pasado, y con el brío de su voz, viví en un par de minutos su presente.
Su mente es tan apasionada, su devoción a las letras es tan natural que huele a oxígeno y sus palabras son justamente lo que necesitas oír.
Te agradezco muchísimo porque sin saberlo o intencionarlo, me comprabas con nuestra conversación un ticket de regreso a mi hogar de solaz.
¡Un abrazo e infinitas gracias! No sólo por ésto sino por mucho más.
Sonando: Barcelona de The Big Moon