Con hambre traje a mi escritorio unos trozos de melón y una avena, y pensé por un momento buscar una película, aunque sabía que lo correcto era ver una charla de TED. Pues, he aprendido que aunque como humanos nos encanta entretenernos y quizás sea ese el deporte más practicado por el mundo entero, no es lo que necesitamos.
Últimamente he vivido bajo una premisa… si el placer es aquello que más amamos, ¿por qué no nos esforzamos más por hacer fácil, algo que tanto nos amarga? El placer, una vez que dominemos nuestras tareas diarias, será más prolongado, de hecho, no habrá tregua, será todo un enorme placer.
Entre más lo repetimos, entre más ajustes hacemos a la rutina, más fácil se torna todo.
Con amor,
Amparo Cribas.