¿Te ha pasado que tus padres se van de la casa y cuando regresan… aún el mismo relajo? A mí también, muchas veces me sucedió. ¡Qué regañadas las que nos hemos ganado! Y si no tenemos suerte, pues hasta un par de fajeadas. Bueno, ¡aquí te traigo la solución! No más molestias para tus padres, ni para vos.
- Piensa en los beneficios. Ser aseado y hacerlo sin necesidad de que te lo digan dará constancia de que eres disciplinado y por lo tanto más independiente. Esa es libertad verdadera.
- Que sea lo primero en tu rutina. ¡Sí, házlo en la mañana! De lo contrario será una fatiga durante tu día, y además ¿Qué prefieres? ¿Estar en un ambiente armonioso o uno desagradable?
- Desarrolla técnicas. Por ejemplo si barres y trapeas todos los días, puede que un día muevas todo y el otro no. Parecen cosas pequeñas, pero ayudan a optimizar el tiempo. Además siempre pon todas las herramientas en el mismo lugar, así no tienes que andar buscando después dónde quedó el trapo, o el detergente, o el bla bla bla.
- ¡AMA EL ASEO! ¿Estás loca, Amparo? No, para nada. Cuando uno ama lo que hace todo parece divertido, y mantener la casa o tu cuarto limpio es algo por lo que puedes enorgullecerte. Pues al fin y al cabo es obra de tus manos y también favorece a un ambiente tranquilo.
¿Sencillo, no? ¡Por último te digo, que te relajes, que pongas buena cara 😄😊, al final te acostumbras y es pan comido!🌠